sábado, 13 de septiembre de 2014

APOYO EMOCIONAL EN LA FAMILIA Y EN EL TRABAJO PSICOTERAPÉUTICO



APOYO EMOCIONAL EN LA FAMILIA Y EN EL TRABAJO PSICOTERAPÉUTICO
















APOYO EMOCIONAL EN LA FAMILIA Y EN EL TRABAJO PSICOTERAPÉUTICO













1.- APOYO EMOCIONAL EN LA FAMILIA.-
Es común escuchar que parte de la solución de los problemas personales más frecuentes se encuentra en el brindar un mayor apoyo emocional a la persona que se haya en la situación difícil. Al oír esto, muchos entienden esto del dar apoyo emocional a alguien como el tratar de complacer en casi todo lo que se nos pide, comprarle cosas bonitas, pasar más tiempo con la persona que requiere el apoyo o con el decirle lo mucho que la queremos, pero cuando los psicólogos hablamos de apoyo emocional por lo general nos referimos a algo más básico, que poco tiene que ver con el dinero o las palabras en sí mismas, hablamos del contacto emocional en su forma más original y nutritiva.
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Al hablar de apoyo emocional nos referimos a entrar en contacto con las emociones básicas que nos definen como individuos y como miembros de la especie humana, es decir, a aquel tipo de relaciones más simples que se originan en el interior de las familias, grupos tribales o clanes y que deberían mantenerse o ampliarse en agrupaciones sociales más grandes o complejas.
Contrariamente a lo que debiera ser la evolución de nuestra especie, no se ha llegado a consolidar la base emocional del desarrollo de las relaciones humanas; en la mayoría de las sociedades modernas predominan la "monetarización" de las relaciones, metas y valores, la sobrepoblación, el sub empleo y la crisis de la familia como institución; hoy es común poner más atención a las necesidades creadas por el sistema socio económico que atender a las necesidades emocionales fundamentales.
Se ha deteriorado la habilidad de comunicarse emocionalmente de una manera efectiva al interior de la familia, se han desnaturalizado las maneras de relacionarnos, dando lugar a la angustia, el dolor y vacío existencial de uno o más miembros al interior de la familia.
Resulta conveniente entonces el revisar las bases emocionales de las relaciones y de la comunicación efectiva: Muchos han olvidado que las emociones están presentes desde el momento del nacimiento, incluso antes. No necesitan ser aprendidas y se hallan muy relacionadas a la supervivencia del individuo y la especie. Así encontramos como emociones básicas individuales al miedo, la ira, el impulso sexual y el gozo. También existirían ciertas necesidades emocionales colectivas vinculadas igualmente a la supervivencia, cuya satisfacción o insatisfacción provocaría respuestas emocionales primarias como el miedo u otras en las que se hallan presentes la experiencia y la interacción social como la ansiedad, las fobias o las somatizaciones. Entre estas necesidades están la de pertenencia o inclusión en una familia, grupo o clan, la de sentirnos protegidos, aceptados, la de alcanzar reconocimiento o prestigio, etc. Estas necesidades están presentes desde el nacimiento y de su satisfacción depende la supervivencia física del individuo en la primera etapa de su vida, manifestándose con mucha fuerza nuevamente en la adolescencia y en las etapas críticas del desarrollo del individuo.
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Es fácil apreciar cómo se hallan presentes no sólo en los humanos sino también en la mayoría de los mamíferos. El estudio del comportamiento animal ha descubierto que es indispensable para los mamíferos superiores jóvenes el pertenecer a un grupo, lo cual se expresaría a través del recibir la aceptación del macho dominante de la manada, así como la aprobación de la hembra dominante en otros casos. Esto implica para el joven el ajustarse a las reglas establecidas por los de mayor jerarquía, el quebrar estas reglas u orden dentro del grupo equivalen a ser aislado, convertirse en un marginal, ser rechazado y eventualmente ser eliminado. Por ello, en la mayoría de los mamíferos se puede hallar muy arraigada, de una manera casi instintiva la búsqueda de la aceptación y protección de su grupo de referencia, lo cual se expresa a través de la aceptación de la Pareja Alfa o pareja dominante del grupo o manada.
En los humanos ocurre algo similar, tenemos la tendencia innata de buscar aceptación y protección de nuestra familia en la niñez, del grupo escolar en el colegio, en el grupo de jóvenes durante la adolescencia y así continuamos alternando o cambiando de grupo de referencia en las distintas etapas de la vida.
A veces se pueden apreciar etapas de "rebeldía" frente a "la autoridad", por lo general esta no es una rebeldía absoluta, sino frente una persona o grupo en particular, en determinado momento pues la persona en su interior estará tomando otro grupo y otra persona como referencia o autoridad. También se da con frecuencia debido a la dificultad que tiene el sujeto para alcanzar la aceptación de la figura de autoridad, al no alcanzar su aceptación y benevolencia asume una actitud de resentimiento y rebeldía. Sin embargo, en todo momento estará presente la necesidad de aceptación o pertenencia al grupo. Esa necesidad está en el interior de cada persona haciendo posible la reconciliación y el desarrollo social.
Entonces, cuando se habla de necesidades básicas o fundamentales, en los mamíferos superiores, no sólo nos referimos a la necesidad de comida, sueño, refugio, etc. de naturaleza biológica e individual, sino también a aquellas en las que presencia y aceptación de otros resulta fundamental para el desarrollo, bienestar y eventualmente la supervivencia.
Cuando alguien entra en crisis o en una situación en la que peligra su supervivencia es porque ha perdido el camino que le conducía a la satisfacción de sus necesidades fundamentales, es decir, no logra tomar conciencia y control de sus propias emociones y no consigue comunicarse emocionalmente con los demás de una manera eficaz.
Si bien las emociones son respuestas automáticas y no requieren de aprendizaje, la manera como expresamos nuestras emociones y el uso que hacemos de ellas son aprendidas y moldeadas en la familia. La madre es la primera y principal fuente de aprendizaje y moldeamiento de expresión de las emociones.
La expresión de las emociones inicialmente es directa, no verbal y ajena a los aprendizajes: él bebe ríe, llora, grita como respuesta emocional a lo que siente. Esta pureza y correspondencia exacta de la expresión y la emoción se va modificando de acuerdo a la relación que se establece con la madre. Así algunas madres ayudan a mantener la correspondencia entre lo que siente el niño y sus comunicaciones, asi como otras "enseñan" a sus niños a llorar, gritar o reír no como una respuesta natural a un estado interior, sino como un recurso comunicacional más que le ayuda a conseguir lo que quiere el niño, aunque esto sea un capricho completamente superfluo.
Cuando aparece la figura del padre en la vida del niño, por lo general lo hace como la figura de autoridad que lo acepta como su hijo (a), provee lo necesario para la familia y protege de los peligros del medio. Esta relación se establece en base comunicaciones táctiles, gestuales y sonoras. El niño se sabe aceptado o rechazado sin necesidad de mediar palabra. Luego, con la aparición del lenguaje esta relación se enriquece y se define mejor, o por el contrario, se complica y se puede convertir en fuente de frustración y rebeldía.
En todo caso existirá la necesidad de aceptación y filiación en el sujeto y la primera fuente de satisfacción de las mismas estará en los padres, en ambos y cada uno de ellos. Si esta necesidad no es atendida convenientemente difícilmente se alcanzará un desarrollo adecuado.
La cultura popular nos habla del amor incondicional de la madre, de la aceptación y autoridad que ejerce el padre para la regulación de la conducta del niño o del joven. Sin embargo en la realidad todos tenemos la necesidad de experimentar amor, aceptación, autoridad, orientación, protección de ambos padres.
La primera y principal fuente de apoyo emocional son los padres, ambos. De su habilidad para transmitir su apoyo y favorecer el desarrollo emocional dependerá gran parte del crecimiento y bienestar que experimente el sujeto, asi como su capacidad de resistir las etapas críticas.
Cuando un psicoterapeuta o acompañante terapéutico da apoyo emocional a su cliente, lo que hace es aceptarlo incondicionalmente en su condición de ser humano. El cliente puede sentir la aceptación de su terapeuta, aunque al principio no pueda precisar la manera como se da.
No hay que confundir lo que es la aceptación a la persona con la aceptación o cuestionamiento de sus acciones. El cliente, como ser humano que desea mejorar su condición actual, es digno de toda aceptación y respeto. Lo que es motivo de revisión y replanteamiento son algunas actitudes y comportamientos que le hacen sufrir de alguna manera o que producen sufrimiento a otras personas.
En cierta manera esta aceptación se asemeja a la "misericordia" dentro de su acepción cristiana u oriental, es decir, como un absoluto respeto y aceptación de la búsqueda de la felicidad y por el derecho a buscarla. El cristianismo y el budismo coinciden como filosofías de vida en la aceptación y amor por la persona que busca ser feliz (en su comunión con la divinidad), reservando la orientación y cuestionamientos a la conducta de la persona en su búsqueda, mas no así por la persona misma, pues esta siempre es aceptada y amada.
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Entonces cuando hablamos de dar apoyo emocional no se propone el aceptar la mala conducta, el sentir lástima o asumir una posición de superioridad. Sino el aceptar con un auténtico respeto la humanidad de nuestro cliente, el acoger su Ser. Asi como con respeto por su búsqueda de la felicidad.
No puede existir apoyo emocional sin la auténtica aceptación de la persona.
La base de todo trabajo psicoterapéutico se inicia con la aceptación de la persona y con el respeto de la capacidad de decidir sobre su futuro. Se acepta al cliente, se le ayuda modificar aquellos aspectos de su proceder que se desea cambiar, se le orienta sobre las distintas opciones que tiene para elegir frente a una situación poco clara, se le acompaña en la revisión de sus experiencias y la forma de valorar las mismas, se le cuestiona en algunas oportunidades, pero se respetan sus decisiones siempre.
El apoyo y acompañamiento emocional son la base del trabajo psicoterapéutico.
Podría parecer relativamente fácil el dar apoyo emocional adecuado, pero en la realidad no lo es. Basta remitirnos a lo comentado por Albert Ellis en el reciente seminario que dictó en la Universidad de Lima, en él refirió que "el 70% de la población norteamericana tiene serios trastornos emocionales". Si bien la realidad de la familia en el Perú es diferente a la familia norteamericana y los niveles de desajuste emocional no son tan severos, igualmente constituye una imperiosa necesidad el poner mayor atención y cuidado a nuestra capacidad de reconocer y aceptar nuestras propias emociones, asi como a nuestra manera de manejar e interpretar nuestras respuestas emocionales. Lograr esta madurez emocional debería ser base de inicio de quien aspira a ser padre (madre) o a realizar el trabajo psicoterapéutico.
Es importante tener presente que nuestras emociones básicas nos acompañarán a lo largo de nuestra vida, algunas veces serán placenteras, otras serán realmente incómodas y es muy poco lo que podemos hacer para cambiar eso, pero sí podemos aprender a controlar la manera como expresamos nuestras emociones, podemos desarrollar nuestra capacidad de percibir y satisfacer las necesidades emocionales de quienes cuentan con nuestro apoyo.


 




2.-EL APOYO EN FAMILIA Y A LA FAMILIA
La afirmación de que la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad, no es sólo un ideal, una quimera o un proyecto, es una realidad tangible, es una constatación.
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El divorcio, las familias monoparentales, las rupturas familiares, la soltería prolongada de por vida para no tener ningún compromiso con nadie, las formas alternativas de convivencia que se promueven, y todo el desmantelamiento de la familia legal e internacional que se está fomentando, lejos de ser un progreso, es un atentado contra la misma estabilidad de la sociedad.
El apoyo social a la familia está claramente relacionado con los resultados de bienestar de las personas. Está demostrado que el principal apoyo social se encuentra dentro de la familia. Si falta la familia ¿de dónde recibiremos el apoyo, el cuidado, el amor, el afecto, la seguridad? ¿Acaso de los partidos políticos o de las instituciones gubernamentales…?
El estudiar cómo los miembros de la familia están implicados en proporcionar apoyo mutuo, puede iluminarnos también sobre la importancia del apoyo social a la familia.
Si pensamos cuándo fue la última vez que recibimos o dimos apoyo, podremos descubrir que fue cuando se experimentó un evento de vida negativo importante o un problema. En la mayoría de las circunstancias los que proporcionan el apoyo son los miembros de la familia.
Es verdad que en ocasiones las familias no son viables como fuentes de apoyo. Por ejemplo, la gente puede tener familias que no son atentas o están preocupadas con sus propios problemas. A propósito de esto, Heller (1992) dirigió una intervención en la que adultos mayores con bajos ingresos y socialmente aislados fueron organizados en diadas telefónicas en las que el miembro de cada diada se responsabilizaba de telefonear al otro regularmente. Aunque llevaban a cabo sus tareas, no se dieron los beneficios que se esperaban. Se concluyó que, al menos en algunas situaciones, el modo más eficaz de mejorar la vida de personas relativamente aisladas socialmente con pocos recursos es trabajar para mejorar sus relaciones sociales existentes (principalmente aquellas con miembros de la familia) más que intentar compensar la ausencia de apoyo por medio de recursos artificiales.
Un dato interesante en este tipo de estudios es que el apoyo de los miembros de la familia y otros íntimos parece venir desproporcionadamente de las mujeres, no importa si el que recibe la ayuda es una mujer o un hombre (Shumaker y Hill, 1991). En las culturas occidentales, madres, hijas y nueras son los proveedores primarios de apoyo, mientras los miembros de la familia varones a menudo no consideran dar tal apoyo como parte de su responsabilidad.
El apoyo a lo largo del ciclo vital de la familia
Repasemos un poco cómo se da o se percibe el apoyo a lo largo de las distintas etapas de la vida.
En la infancia.-En la infancia, los padres son la fuente de todos los tipos de apoyo. Una vez que los niños alcanzan la edad de la escuela primaria ven a los otros también como proveedores de apoyo, pero este apoyo es generalmente percibido como de naturaleza más particular. Por ejemplo, el apoyo de los compañeros se relaciona con un mejor ajuste en la primera etapa escolar. Sin embargo, los padres son la base más fuerte de seguridad para el niño. Durante la infancia, la seguridad afectiva es fruto del apoyo emocional por parte de los padres. Tal apoyo contribuye al éxito de los niños en la escuela y en su relación con sus iguales, en parte al estimular el desarrollo de la competencia social. Esto ayuda a la salud emocional y psicológica y al ajuste posterior en la vida de los niños.
En la adolescencia.- Se ha visto que durante la preadolescencia, así como en la adolescencia temprana, las madres son consideradas como la más importante fuente de apoyo (Furman y Buhrmester, 1985). El papel de las madres es central, aunque las investigaciones sugieren que el apoyo de los dos padres sigue siendo importante incluso para adolescentes mayores y para los adultos jóvenes. Los sentimientos de ser estimados y apoyados por los padres están asociados con la salud integral y mental hasta bien entrada la tercera década de la vida.
En el embarazo.- El embarazo, nacimiento y cuidado del neonato requiere siempre de apoyo, por mucho que todo esto se dé en el mejor de los ambientes. Algunos estudios muestran que el apoyo recibido de los miembros de la familia, del padre del bebé y amigos durante el embarazo, está relacionado con la escala de Apgar del bebé (puntuación física del estado del bebé en el momento después del nacimiento). También se ha encontrado que la confianza en el esposo y su apoyo están relacionados con una más baja incidencia de depresión postparto.
Crianza del niño.- Según los estudios, la satisfacción matrimonial y la paternidad habilidosa parecen también ir juntas. Esta relación ha sido demostrada en una variedad de edades y en una variedad de culturas. Y es que el cónyuge suele ser considerado como el apoyo primordial para la paternidad. Es como un amortiguador frente al estrés que mantiene la ayuda para prevenir un desbordamiento de emociones negativas en la paternidad.
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En la vida adulta.- Durante la vida adulta, en torno al 80% de los cuidados se dan en la familia, usualmente por el cónyuge, o por las hijas si el cónyuge no lo puede dar.
La fuerte asociación observada entre buena salud en personas mayores en el estudio de la generación de ancianos de Berkeley y sus sentimientos de cercanía hacia sus hijos, sugiere también que las relaciones familiares bajas en conflictos pueden ser fuentes especialmente eficaces de apoyo social.
En general, las relaciones intergeneracionales, (las que se dan entre padres e hijos,) parecen ser la fuente más frecuente de apoyo social para los adultos a medida que se aproximan a edades avanzadas, especialmente para las mujeres. Esto es cierto debido a las diferencias en longevidad para hombres y mujeres. Según un estudio en los Estados Unidos (Johnson y Barer 1996), en 1990 casi la mitad de los hombres de más de 85 años vivían con su esposa, mientras que menos de 10 por 100 de las mujeres de más de 85 años lo hicieron. De este modo, los hombres más mayores, pero no las mujeres, es probable que tengan una esposa como fuente primario de apoyo. Las mujeres más mayores generalmente confían en los hijos, especialmente en las hijas.
Si vemos que la familia es la principal fuente de apoyo para la persona a lo largo de toda la vida, ¿quiénes serán más afectados por el oscurecimiento de la familia? Sin duda los miembros más débiles, es decir, los niños y los ancianos, y las personas con alguna limitación física o mental.
Una sociedad que no reconoce a la familia, necesariamente generará graves problemas sociales frente a los cuales, no dispondrá de recursos para resolverlos. ¿Por qué en lugar de combatir la familia no la promovemos más? Comencemos por fortalecer los lazos de unión con nuestros padres, esposos, hijos, hermanos, amigos
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3.-PAUTAS DE CUIDADO EMOCIONAL A LA FAMILIA Y CUIDADORES
Los miembros de la familia y los cuidadores pueden presentar sintoma­tología afectiva: estrés, ansiedad, depresión y tienen normalmente una sensación de aislamiento. Los objetivos de la orientación psicológica a las familias y cuidadores de los pacientes afectados son: proporcionarles infor­mación y darles formación y apoyo emocional.
Las familias necesitan atención, educación, orientación y apoyo. Algu­nas se adaptan mejor que otras, pero en su mayoría tienen dificultades, sobre todo al inicio de la enfermedad. Las personas que se adaptan mejor a los cambios emocionales son aquellas que tienen dos cualidades: la capacidad de ser flexible y la capacidad para comunicarse abiertamente, expresando directamente las emociones tanto positivas como negativas y reconocien­do sus necesidades y las de los demás miembros de la familia189.
Los pacientes con ELA y sus cuidadores presentan altos niveles de estrés, derivados de la impredecibilidad, incontrolabilidad e incertidum­bre asociadas a la enfermedad. La pérdida de la salud supone una crisis situacional en la que las personas sufren reacciones emocionales de una intensidad significativa y requieren unos recursos específicos para restau­rar el propio equilibrio190.
No sólo los pacientes, sino también los cuidadores, precisan apoyo psicológico y soporte emocional. Necesitan intervenciones que reduzcan los estados emocionales adversos y favorezcan la adaptación personal y social. Una de las funciones básicas del psicólogo clínico y de los servicios de salud mental, en general, es dar apoyo emocional tanto a los pacientes como a sus familiares. El profesional debe ayudar al paciente en la toma de decisiones de situaciones complicadas y difíciles con alto grado de ansiedad. Para ello se utilizarán una serie de estrategias de relación, lla­madas facilitadoras.
4.-ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN EN LA AYUDA EMOCIONAL AL PACIENTE Y CUIDADOR:
  • Realizar preguntas abiertas dirigidas.
    • Identificar las preocupaciones, necesidades y temores.
    • Atender a las pistas indirectas proporcionadas por los pacientes.
      • Utilizar un diálogo empático. Reconocer la emoción del paciente o cuidador, dar señales de que uno trata de ponerse en su lugar.
      • Preguntar sin dar nada por supuesto.
      • Escuchar antes de hablar.
      • Identificar atribuciones.
      • Escuchar y respetar las objeciones.
      • Prestar atención a lo que se dice y cómo se dice.
      • Centrar la comunicación en lo que se puede hacer.
      • Graduar y anticipar la información negativa.
      • Comunicar “la verdad” al ritmo de las necesidades y demandas del paciente.
Los principales objetivos de la intervención emocional serían:
  • Mejorar la autoconciencia y la capacidad de resolver problemas.
    • Facilitar la percepción de control.
    • Desarrollar la autoestima y la aceptación de las cosas como son.
    • Reforzar y aclarar la información.
    • Favorecer la adhesión al tratamiento a través de la confianza.
    • Ayudar al paciente a establecer las metas del tratamiento que recibe.
    • Favorecer la comunicación abierta de información y emociones.
    • Prevenir la “soledad emocional” en el paciente.
    • Constituir un enlace entre el médico y el paciente
Pautas de autocuidado emocional190
  • Tomar conciencia de los límites y aceptarlos.
    • Utilizar alguna técnica reductora de ansiedad y hacerlo cotidianamente: relaja­ción, yoga, meditación.
    • Dedicar unos minutos al día a uno mismo puede aumentar la resistencia per­sonal al estrés.
    • Saber pedir apoyo y desahogarse cuando resulte necesario.
    • Darse permiso para emocionarse. Uno siente lo que siente: no lo que debe sentir.
    • Desarrollar estrategias de autocontrol cognitivo y estar alerta a nuestro propio procesamiento y evaluación cognitiva con el fin de evitar pensamientos distor­sionados.
    • Realizar actividades gratificantes y mantener un adecuado equilibrio entre pla­ceres y obligaciones.
    • Compartir las dificultades entre los miembros de la familia.
Sugerencias a los cuidadores para poder adaptarse mejor a las diferentes emociones y dificultades189:
Pautas para manejar la ansiedad:
  • Comuníquese y exprésese. No se encierre en sí mismo
    • Aprenda algunas técnicas de relajación.
      • Dedíquese tiempo para usted. Permítase participar en alguna actividad placen­tera o relajante.
      • Delegue responsabilidades a los demás miembros de la familia.
      • Establezca prioridades, hay algunas cosas que no son tan importantes.
Pautas frente al mecanismo de la negación:
  • Viva el momento.
    • Adáptese al estado en que se encuentra el paciente.
    • Pida información a los profesionales.
      • Reconozca que usted necesita pasar por una serie de emociones, incluyendo la ira y el dolor.
      • Se necesita tiempo para llegar a aceptar la realidad. Sólo cuando la familia se ha adaptado a la realidad puede ayudar a la persona con ELA.
Pautas frente al dolor y a la depresión:
  • Permítase llorar.
    • Acepte que el pasado se encuentra detrás y que el futuro será diferente.
    • Modifique sus objetivos y expectativas.
    • Si se siente “bloqueado a nivel emocional”, pida ayuda a un profesional.
Pautas para adaptarse al cansancio:
  • Cuídese. Coma bien e intente dormir todo lo que pueda. No puede ayudar a su ser querido si se encuentra enfermo.
  • Deje para mañana lo que no sea absolutamente necesario.
  • Delegue responsabilidades. Pida a los amigos y familiares que le ayuden.
  • No se haga a sí mismo responsable de que debe estar siempre junto al paciente.
  • Aprenda ejercicios de relajación si tiene dificultades para dormir.
Pautas para adaptarse a la falta de tiempo para uno mismo:
  • Evite reducir el contacto social.
    • No abandone su trabajo, a menos que sea absolutamente necesario.
      • No piense que su asistencia es indispensable. Debe admitir y dedicar tiempo a sus propias necesidades.
      • Planifique actividades sociales. Intente hablar de temas que no sean referentes a la enfermedad de su familiar.
      • Tanto el cuidador como la persona cuidada necesitan poder estar a solas.
5.-APOYO EMOCIONAL
Desarrollo personal y apoyo emocional.
La expresión de lo que sentimos ante un observador externo es fundamental para resolución de los conflictos.
Y los siguientes talleres:
Antiestrés y ansiedad
¿Qué es el estrés? ¿Por qué se produce? ¿Cómo reducirlo? ¿Cómo evitarlo?...
Relajación
Diversas técnicas para poder aplicar en cualquier momento y lugar.
Visualización y Meditación
Ayuda a desarrollar la creatividad, a cuidar la salud mental y física.
Autoestima
¿Cómo valorarse y amarse a uno mismo?
Autoconocimiento
¿Qué siento? ¿Qué quiero? ¿Hacia dónde me dirijo?
Desarrollo del perdón
¿Cómo encontrar serenidad?
Del “no puedo” al “puedo”
Superación de mis limitaciones. Superación personal.
Orientación para desarrollar mi proyecto personal y profesional
Definición, planificación y puesta en acción de mis proyectos.

¿En qué consiste el Apoyo Emocional?
El Apoyo Emocional se sirve de un conjunto de técnicas, como la Terapia Gestalt o la Psicología Humanista… para crear un espacio de escucha, seguridad y apoyo en el que las personas puedan expresarse libremente.
Su principal objetivo es acompañar a las personas a encontrar herramientas en ellas mismas con las que poder superar las diversas dificultades que se presentan en la vida: situaciones de estrés y ansiedad, falta de autoestima, autocontrol, superación de pérdidas afectivas, problemas familiares o de pareja, etc.
A través de la empatía y de la creación de un espacio de apoyo en el que la persona pueda escucharse a sí misma se produce el reconocimiento de sus potenciales y limitaciones. Así, puede verse de una forma holística, global, y comprender sus mecanismos y funcionamientos internos. Y de esta forma aceptarse y amarse tal y como es.

¿A quién va dirigido?
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El Apoyo Emocional va dirigido a cualquier persona que esté interesada en realizar una mirada interior y recuperar la paz, la alegría y el equilibrio emocional en su vida.

¿Quiénes somos?
Un grupo de profesionales de diferentes áreas dedicados al apoyo y al acompañamiento de las personas que deseen mejorar su calidad de vida.
Nos encontramos en la ciudad de Madrid (España).
Para más información contactar con:



ESTUDIANTE: MEDINA VILLCA GRISELDA
DOCENTE: Lic. FREDDY CHUCA BAUTISTA
UNIDAD DEFORMACIÓN: TICS Y EDUCACIÓN
AÑO DE FORMACIÓN: PRIMER AÑO
ESPECIALIDAD: COSMOVISIONES FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍA
GESTION: 2014

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